sábado, 21 de febrero de 2009

En la isla donde ahora vivo hay un faro. Y no se imaginan la ilusión que me hizo descubrirlo.
Siempre me han gustado los faros. De pequeña me imaginaba viviendo cerca de uno, en una casa pequeñita con un enorme ventanal que diese al mar, y yendo a tomar café con mi amigo el farero todos los días. A veces caía un vinito y, si la ocasión lo merecía, bien pudiese ser que nos calentáramos el gaznate con un oruxo de hierbas casero..
Creo que el hecho de que haya un faro en mi isla es una buena señal. Porque ahora necesito de un guía más que nunca que me señale las rocas donde puedo estrellarme y ponga un poco de luz en mi camino. De momento he decidido no rendirme, eso es un paso. Seguiremos avanzando..

jueves, 19 de febrero de 2009

Cuando llegué aquí una de las cosas que más me repitió mi hermana fuera que aprovechara el tiempo, que aprendiera, aprendiera, aprendiera.. Supongo que ella me conoce bien, y sabe de esta vagueza que me acompaña siempre, de esta falta de iniciativa que me atormenta..
Trato de hacerlo, no se crean, pero no es fácil. Supongo que hay algo dentro de mí, de mi propia esencia, que me paraliza, o tal vez hace que pierda demasiado tiempo (pre)juzgando mis acciones y mis no-acciones, en lugar de, simplemente, llevarlas a cabo..
El caso es que no tengo la sensación de estar aprovechando el tiempo, más bien al contrario, siento que es él el que se aprovecha de mí.. Y eso me mata. Ni se imaginan de qué modo..
Cuando estaba en España me costaba, lo reconozco, pero me era más fácil. La constancia unida a mi buena estrella me ayudó mucho entonces, y finalmente conseguí de a poquito ir realizando todas mis metas, y conociendo otras nuevas por el camino que me llenaban de ilusión. Aquí tengo la barrera del idioma, pero no se confundan, sé que no es una excusa.. Debería aprender inglés de una vez, hacer algo aparte de las clases (que no sirven de mucho, todo sea dicho de paso) leer en inglés lo que puedo (y sé que podría más) o mal ver la tele en este aparato prehistórico con antenas forradas de aluminio que hace las veces de televisor en nuestra casa.
Tendría que salir ahí fuera y arriesgarme, coger el inglés por los cuernos y lanzarme al ruedo sin más, como hacía en Edimburgo sin mayor problema. Tal vez porque allí sabía que sólo serían cuatro meses, y esto sin embargo parece que va para largo.. no sé..
El caso es que la sensación de inutilidad es tan grande, tan devastadora, que me paraliza en lugar de activarme..
¡Que miedo me tengo señores, que miedo!.. ains..
En fin, será mejor que me lave los dientes, la cara, me ponga el pijama y me vaya a dormir para mañana levantarme temprano y tratar de aprovechar el día que se me regala, todito por estrenar..
Yo nunca tuve un diario. Bueno, sería más exacto decir que nunca seguí un diario, tener tuve, claro que sí, creo que a todos nos han regalado uno alguna vez, aunque sólo fuera el de la primera comunión.
Reconozco sin embargo que me fascinaba la idea, no tanto en tiempo presente como en tiempo futuro. Poder releer lo escrito pasados los años y enternecerme o escandalizarme, quien sabe..
Pero jamás tuve la constancia suficiente. Se me hacía raro escribir todos los días sobre las pequeñas o grandes cosas que me habían sucedido, y sobre todo, me resultaba extrañísimo hablar de mi misma en el papel. Yo escribía, creo que he escrito siempre como método de desahogo, pero nunca para mí.. en exclusividad al menos. Siempre fui muy exhibicionista con mis textos, y tengo que decir que pocas veces trataban de sentimientos propios. Los cogía prestados y luego creaba pequeñas historias con ellos. Me fascinaba de tal manera la música de las palabras que muchos de esos textos estaban escritos en masculino porque, que sé yo, así me sonaban mejor.. Algunos de ellos ni siquiera querían decir nada, simplemente me gustaban cómo sonaban al ser leídos.. por ejemplo:

"¿Qué quién eres?, no importa. Me conformo con saber que sangras y puedo alimentarme de tus lágrimas.
¿Qué quén soy?, no importa. Confórmate con saber que hace tiempo que perdí mi hambre y mi cuchillo en el fondo de tu alma".

(En mi descargo he de decir que era muuuy joven cuando escribí esto. Y si, lo admito, casi todos mis textos podrían haberse englobado en un libro titulado: "Oda a la hemoglobina".. ) ;)

Así que supogo que tiene sentido esto que estoy haciendo ahora, que puede ser considerado un diario, pero público, y en el que no tengo ni idea de lo que voy a escribir, ni intención alguna de enseñárselo a alguien, al menos de momento. Sin embargo es público. La magia de internete, I guess..

No sé cómo funcionan los blogs. Me gustaría poner fotos, o al menos alguna vez me gustaría poder hacerlo, pero si hay alguna opción para ello la desconozco. La tecnología me domina, me vacila y me supera, así que habrá que conformarse con desahogarse con los dedos (y no me sean mal pensados si es que alguien llega hasta aquí.. ) :P

Ahora voy a dejar de darle largas a la tarde, salir ahí fuera, y enfrentarme al mundo hostil y cifrado para, por fin, crearme una rutina en este nuevo lugar a la que no se le caiga la "t", como dijo aquel..