En mi papelera tengo
mails en cadena,
ignorando la mala suerte
que predican si las rompes.
Algún borrador
que se hizo grande
y buscó sombras nuevas
que le dieran cobijo.
Documentos que resultaron
no ser tan interesantes
como prometían sus expectativas,
y correos comerciales
de esos que te venden nada
a precio de todo
o, si te descuidas,
te alargan el pene (o te lo eliminan).
Pero nunca encontrarás
momentos capturados,
en color o en blanco y negro
en sepia o a retazos.
No hallarás secretos ni poemas,
en palabras propias o prestadas.
No seré yo, si puedo evitarlo,
quien tire la magia
por la papelera..